domingo, 22 de mayo de 2016

El Marine Espacial del Caos.

¡Make al habla!

Esta vez he regresado para dedicar una entrada a mi miniatura favorita del universo Warhammer 40k y hablar un poco del pobre estado en el que se encuentra hoy en día. Antes de nada me gustaría mencionar que voy a expresar mis sentimientos al respecto, y que no voy a hacer un análisis profundo del estado en las diferentes ediciones ni de la evolución estética, si bien es verdad que lo merece. Voy a enfocarlo en mi experiencia personal y desparramar impresiones para que luego me hagáis llegar las vuestras, así como vuestras historias personales.

Para empezar, me gustaría contaros mis inicios en el juego y una curiosa anécdota. Mi primera caja de Warhammer 40k y de cualquier otro juego de miniaturas fue la de Guerreros de Hierro a finales del 2002. Por aquel entonces, con tan sólo 12 años, no sabía nada de Warhammer 40k. Mis amigos habían empezado poco antes, y me convencieron para que coleccionase un ejército. Elegí sólo por la estética ya que no sabía nada de ninguna facción. La única información era aquel panfleto gratuito que se repartia en todas las tiendas con imágenes y un par de textos sobre los productos de Games Workshop. ¿Os acordáis? He intentado buscar en internet alguna imagen tanto del panfleto como de la caja, pero no he encontrado nada con buena calidad.

La caja me flipó. Mi siguiente paso fue comprarme el Codex, y es aquí cuando ocurrió la anécdota que os quería relatar. Por aquel entonces, pocos eran los chavales que tenían paga, o al menos así era en mi barrio. No es que no hubiera dinero en casa, pero había cierto consenso entre nuestras familias de hacernos saber lo que es vivir con poco (quizás para compensar que en el futuro no íbamos a ir a la mili...). Si te comprabas algo era porque acumulabas de tu cumpleaños, de los Reyes Magos y de lo que te sobraba cuando pedías dinero para, ocasionalmente cuando se alineaban unos cuantos astros, ir al cine o a cenar.

Todavía se me saltan las lágrimas cuando lo veo...

En fin, vuelvo a lo que iba: aquel fabuloso día quería conocer los entresijos de mis amados 8 Guerreros de Hierro que me costaron unos sufridos 23 euros (creo recordar) y de todos sus malvados secuaces que tan espectaculares lucían en las portadas de las cajas y en las revistas White Dwarf. Me dirigí a la tienda de mi barrio a por el Codex. Uno de mis amigos me informó que su Codex Eldar le costó 9 euros, por lo que entré con un fabuloso billete de 10 euros y con una sonrisa de oreja a oreja. Me acerqué al mostrador y le pedí al dependiente el Codex de rigor. Era el segundo Codex de los Marines Espaciales del Caos de tercera edición, el que considero como mejor Codex de todos por sus posibilidades para personalizar tu ejército de acuerdo a la legión que se escogiese. Lo llegué a tener en mis manos y sentí durante unos segundos los placeres que me esperaban dentro: arrasadores de los de aquel entonces, el Profanador, reglas para mis Guerreros de Hierro,... Y todo por lo que yo creía que iban a ser 9 euros.

Fue a la hora de pagar cuando mi felicidad se deshizo. Todavía recuerdo cuando el dependiente me dijo que eran 16'50 euros. Mi cara se desencajó y mis ilusiones se deshicieron. No tenía manera de pagarlo y tuve que explicarle que sólo traía 10 euros porque creía que era más barato, tras lo cual me explicó que al ser un Codex recién salido que valía más que el resto porque era más grande y más nuevo. Desde entonces el 16'50 es mi número maldito y sigo teniendo pesadillas con ello. Eran otros tiempos...

Continué comprando cosas poco a poco, pero debido a que pude conseguir la mítica caja principal de tercera edición en la que venían marines y eldars oscuros tras ahorrar bastante tiempo, así como la caja de pinturas en la que venían otros 5 marines (creo recordar), decidí cambiarme de ejército a los Ultramarines, con un Codex de 9 euros que también pude adquirir con otro esfuerzo. De esta manera dejé a un lado los marines del Caos y me centré en sus leales contrincantes. Esto no quiere decir que estuviera totalmente desconectado de ellos. De hecho, debido a que mi situación financiera mejoró, pude adquirir artículos con mayor frecuencia, entre ellos aquel maravilloso segundo Codex de tercera edición, e incluso pude probarlo en partidas pequeñas. Además, a pesar de estar más centrado en los Ultramarines por aquel entonces, siempre conservaba con un cariño especial aquellos 8 Guerreros de Hierro que tanto me fascinaban y que tantas veces hacían plantearme con sus alucinantes cascos de metal si había tomado la decisión correcta al decantarme por el bando imperial.

Con el paso del tiempo y de las ediciones, y tras desencantarme en cierto modo con el bando leal tras la ingesta de trasfondo, decidí a principios de sexta, después de ver las espectaculares miniaturas de la caja de Venganza Oscura, retomar los marines espaciales del Caos. Coleccionar dicho ejército ha sido la etapa en la que más he disfrutado del juego, y todavía recuerdo cuando volví a tener en mis manos una caja de marines del Caos y lo que disfruté montando tan espectaculares miniaturas. Podemos decir que soy un auténtico enamorado de la miniatura del marine del Caos normal y corriente. Esos cascos, los detalles de sus armaduras, sus armas, la maldad que emana de cada detalle,... ¡Me encantan! Sin duda la mayor razón por la que son mi ejército predilecto es la propia miniatura del marine del Caos.

¡Es perfecto!

Desde entonces siempre he intentado incluir marines en mis listas. Al principio de sexta, con la letalidad que tenía el Helldrake, pude tomarme el lujo de incluirlos, aunque nunca con resultados excesivamente buenos. Con el aumento de la potencia de otros ejércitos y el nerfeo del dragón, me vi obligado a prescindir de ellos en mis listas de torneo y sustituirlos por los cultistas. Durante un pequeño tiempo han vivido un segundo cautiverio en mi armario, y sólo los volví a probar en unas pocas partidas con la salida de la séptima edición y las misiones de Vórtice de Guerra con el objetivo de probar los Rhinos con objetivo asegurado.

A día de hoy he dejado de jugar en un plano relativamente competitivo, y me dedico a jugar esporádicamente con la gente del club, a pesar de intentar seguir más o menos enterado de las novedades leyendo los blogs y consultando los Codex según van saliendo. Debido a mi cambio de mentalidad, incluyo en mis partidas siempre al menos un par de escuadras de mis queridos marines traidores. Su resultado es casi siempre nefasto (salvo en alguna partida de patrullas) y su actuación queda a años luz de las apasionantes hazañas de las novelas, pero no puedo controlar el impulso de incluirlos a pesar de la carga negativa que suponen para la lista.

¿Por qué hablo tan mal de sus resultados en mesa? Cualquiera que sea conocedor del Codex de sexta edición podrá afirmar que es EL PEOR MARINE DE LÍNEA DE TODO EL JUEGO. Vale un punto menos que el marine del Codex Marines Espaciales, y tiene un perfil igual que el del resto, pero... ¡sin ninguna regla especial! Por un punto ganan odio a los marines leales, que no vale para nada, y tienen un punto de liderazgo más. Veamos: un marine tiene las reglas del capítulo de turno (normalmente están bastante bien) junto con “no conocerán el miedo...”, lo que le salva de persecuciones arrolladoras, huidas y acobardamiento; por otro lado, el marine del Caos odia a los marines leales y tiene un punto de liderazgo más, pero... ¡se puede acobardar! Quien no ha jugado al marine del Caos nunca puede pensar que teniendo liderazgo 10 gracias al jefe de escuadra normalmente no se acobarde ni huya con las bajas de disparos. Sin embargo, creo que un considerable porcentaje de las veces que mis marines han sido aniquilados ha sido por persecución arrolladora debido a que por mucho liderazgo 10 que se tenga, si se aplican los modificadores, todo queda en nada. Además, pagarles equipamiento cuerpo a cuerpo sigue sin ser una opción óptima por su coste en puntos, a que a disparos siguen teniendo la misma fragilidad, y a que ahora las unidades que son capaces de lanzarse al asalto son extremadamente destructivas.

De esta manera apenas se puede usar un marine “táctico” del Caos de manera táctica. A bote pronto se me ocurren un montón de alternativas jugables con marines de capítulos leales: en cápsula con los Ultramarines y los Salamandras, infiltrando y flanqueando con la Guardia del Cuervo, ganando un plus de resistencia para aguantar sobre objetivos con los Manos de Hierro,... Pero me resulta casi imposible encontrar un uso medianamente duro, salvo el de lanzarlos a botinear, e incluso esto último me provoca dolor pensando que otros ejércitos pueden hacer eso mismo de manera más óptima y con miniaturas que por el mismo precio en puntos aguantan más, tienen más reglas y permiten mayor variabilidad táctica. ¿¡No se supone que los marines de las legiones caóticas son veteranos curtidos durante años y años en toda clase de batallas!? ¿¡Por qué son tan sumamente frágiles, estúpidos y cobardes!? ¡¡¡Yo te maldigo con toda mi alma Games Workshop!!!

Y que lo digas, amigo... :(

Yo creo que no pido tanto... Sólo tener un marine del Caos que, aunque no tenga “no conocerán el miedo”, tenga un par de reglas que le permitan más o menos competir con los leales. No quiero que estén desequilibrados. Tan sólo quiero jugarlos de manera que me permitan hacer algo diferente y útil, y sentir que no estoy malgastando puntos cuando los incluyo en una lista. Quiero que el marine del Caos sea una herramienta táctica y no un gasto absurdo, y estoy seguro que muchos jugadores de Marines Espaciales del Caos están de acuerdo conmigo.

Además, sigo sin entender por qué no sacan una cápsula de desembarco como la de los marines leales. Antes estaba la cara (en puntos y dinero) opción de Forge World, pero ya no la encuentro en su página web porque supongo que estará descatalogada. Teniendo en cuenta la política codiciosa de Games Workshop en los últimos años, ¿por qué no han sacado cápsula para los traidores? ¿Son conscientes del éxito que tendrían? Yo, así a bote pronto, me pillaría unas cuantas para probarlas e intentar un alpha strike (algo descafeinado, sea dicho) e intentar hacer algo de daño con mis marines del Caos. Se verían probablemente listas de ruidosos con la sirena de muerte flameando y disparando armas que ignoran cobertura, marines de plaga con una función algo más ofensiva, e incluso podría llegar a verse Mil Hijos. También se me ocurre incluir un señor del Caos con lanzallamas de Skalathrax, o incluso meter elegidos de línea con Legión Negra con 5 rifles de plasma o fusión y con objetivo asegurado. Es decir, el lanzamiento de una sóla miniatura provocaría un aumento de las ventas sin tener que diseñar un Codex nuevo (aunque falta haría...) y sin pisotear trasfondo. Además, ninguna de las opciones que he mencionado antes estaría rota viendo los niveles destructivos a los que se ha llegado, y se dignificarían en cierto modo ciertas unidades del Codex que ahora son casi injugables, entre ellas mis queridos marines espaciales del Caos.

Con estos dos últimos deseos me despido de vosotros cerrando semejante tochazo. Mi corazón me pedía dedicar un tiempo y unas palabras a la miniatura que más me apasiona de todo el juego debido a las horas bajas en las que se encuentra, y así lo he hecho. Ahora os toca a vosotros compartir aquellas experiencias similares que hayáis tenido con el marine espacial del Caos o con cualquier otra miniatura del juego. ¡Estoy seguro que hay un montón!

Saludos y... ¡que arda la galaxia! :)

7 comentarios:

  1. Muy buen post, Make! Un placer leerte! Te doy la razón completamente... Un saludo!

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  2. Totalmente de acuerdo, de hecho has conseguido que les quitara el polvo a mis amos de la noche solo para verlos. Ojalá renueven nuestro codex y podamos vengarnos como es debido de esos perros imperiales y que por fin dejemos de ser el peor ejército de 40k. Salve dominus nox!!!

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    1. Jajajajaja. Bien bien, deja aparcado a Rambo y sus primos los catachanes y vuelve al camino del Caos. ¡Ojalá nuestras plegarias se escuchen!

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    2. ¡Faltaría más! Jajajajaja

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