Diario : Instrucción número 17.

Instrucción numero 17.  Vigesimotercer día correspondiente a la jornada  de descanso.

Últimamente se observan imágenes en las noticias. Como se llevan dando en los últimos meses.
Imágenes donde vemos a nuestros hermanos de armas ,luchando con ferocidad al Waagh de los pieles verdes.

También es algo triste poder ver las noticias de otros frentes en los escusados.



Sin embargo algo se aprende de impartir instrucciones a los reemplazos que nos llegan.
Y es que vienen, muy, pero que muy , muy, muy engañados con lo que harán.
De echo,  desde el primer día y todos los que les han seguido. Les he conseguido inculcar a limpiar los retretes comunes del batallón.
Una practica muy criticada, por parte de nuestros compañeros de armas ,los comisarios.

Sin embargo. Estas lecciones y mano de obra de limpieza barata. Nos permite saber si los reclutas, serán capaces de recoger y limpiar la mierda que les dejen sus compañeros caídos .
Reclutas...
Escudos humanos...

Tienen cientos de nombres, tantos como bajas les producen.
Pero de algo no hay duda. Su valor y su coraje. Mantienen unidos los regimientos.

Tan inútiles son.
Tan baja es su esperanza de vida.
Tan poco vale su vida.
No importa que los sacrifiques por millones. ¡ Tienes mas !
Pero solo aquellos que limpian letrinas, suelen durar mas de un enfrentamiento, para engrosarse en las filas de la gloriosa tras una breve ceremonia.

También tenemos, niños mimados. provenientes de los regimientos de renombre. Criados por oficiales. Nacidos de oficiales. Entrenados por y para ser oficiales.

Ellos forman la elite. Sus armaduras resistentes a disparos de comisarios. Conforman unidades temerarias que se suelen infiltrar en terreno enemigo. Tanta es su osadía. Que los comisarios los dejan tranquilos.. No solo, porque apenas pueden ejecutarlos. Sino porque su temeridad, esta por encima del resto.

Ellos son, desde luego. A lo que aspira todo recluta. Todo novato que entra. Puesto que no hay mayor honor que ser respetado entre los soldados que portar una armadura de caparazón.

Pero mientras se entrenan, nos divierte enseñarles que todo tiene un precio.

(Instantánea en el campo de entrenamiento en Secula XI)

 Y sin embargo...

Que corta es su esperanza de vida...