jueves, 17 de diciembre de 2015

Hemos venido a por vosotros

Buenas, pues aquí el tito Reldian aprovechando que está el blog con el cierre a medio echar por exámenes, fechas navideñas etc... he decidido publicar un pequeño relato que escribí mucho antes de perder la capacidad para la escritura creativa, ya que las rigurosas clases de guión cinematográfico sepultaron dicho arte :( espero que os guste:


Hemos venido a por vosotros

“Sabemos lo que es, lo sabemos” pensó Antikanus, quien mantenía su sopor como podía sentado en el interior del transporte. Alzando los ojos observa al resto de sus compañeros nostramanos. Todos ellos orgullosos de portar más y más trofeos con los cuales infundir miedo en el corazón de sus enemigos.

“Ése es el secreto, sembrar el miedo y verlo crecer” recordó Antikanus las palabras de su primarca y también los  viejos tiempos de gloria y sangre, gloria y sangre, cadáveres, mentiras, amenazas, traiciones….Si, ése cadáver putrefacto nos había traicionado a todos. Pero lo pagará. Él y sus sucios perros imperiales.

El jefe de escuadra se levantó de un salto y cogió una lanza ricamente elaborada, que dormitaba entre sus pies, arrancada a uno de esos hechiceros eldar, a quienes habían tenido que echar de ése planeta hacía 2 semanas.  Estúpidos entrometidos…

Ahora los lacayos del emperador habían aterrizado y construido su campamento para abastecerse y atacar sin descanso a los marines traidores. La misión de Antikanus consistía en infiltrarse en un puesto avanzado y en hacer correr el miedo. El amo de la noche recapituló: Lo primero: destruir el nido de artillería. Lo segundo: pinchar el sistema de comunicaciones para que observen nuestro trabajo, luego los matamos a todos, capturamos algunos esclavos y saqueamos este deprimente puesto avanzado.

El jefe de escuadra no pronunció palabra alguna mientras el rhino soportaba un envite de un bache y acto seguido se detenía. La rampa chirrió y la legión de los Amos de la Noche desembarcó en el suelo selvático del lugar. Antikanus se lanzó corriendo con su escuadra para cubrirse y evitar así ser descubierto. Desde su posición tenían dos nidos de artillería de la guardia imperial, los cuales se encontraban descansando. El marine espacial se asomó detrás de una roca para verlos mejor.

Eran  cuatro hombres: dos de ellos estaban fumando algo aromático se reían y se lo pasaban entre todos. Otro más se encontraba comiendo y el más alejado pendiente del sistema de comunicaciones. Antikanus sonrió. Tlheos, el portador de la lanza, señaló a su escuadra el objetivo. Los veteranos amos de la noche no se hicieron esperar.

Fue todo muy sencillo y mecánico para Antikanus. Tan sencillo como hacerlo siempre igual, una rutina. Ellos estaban despistados y sus disparos láser eran como caricias en su servoarmadura, tras pocos disparos neutralizaron a los guardias.

Antikanus se sacó un cable de un neuroreceptor que llevaba en el casco y la pinchó al sistema de comunicación de los guardias caídos.  Había llegado la hora, de saborear el miedo y gritó, con voz fría y gutural, alimentada por un odio abrumador,  de tan largo tiempo acumulado: “Hemos venido a por vosotros”.   

2 comentarios:

  1. Muaaaajajajajaja, los Amos de la Noche al ataque. Cómo se nota que las novelas de Aaron Dembski-Bowden han calado fuerte, y aunque tú los coleccionabas antes de la publicación de éstas, seguro que han despertado en ti ese gusanillo de escribir algo sobre ellos. ¿Me equivoco?

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