Cuestión de cantidad.

¡Make al habla!

Aquí estoy para compartir con vosotros un punto al que llevo dando vueltas y vueltas en los últimos dos años. A grandes rasgos voy a hablaros de los pros y los contras de llevar listas con muchas o pocas miniaturas, y de mis experiencias al respecto. La mayoría de los puntos serán familiares para aquellos que llevan más tiempo en esto, pero intentaré hacer un análisis en el que incluya también la tendencia que he observado al respecto en los jugadores para que, junto con vuestros comentarios, podamos agrupar mucha información al respecto y, por qué no, aprender con ello.

Creo que no hace falta mencionar que la cantidad de miniaturas incluidas en las listas depende en gran parte del ejército que se juegue, o al menos tradicionalmente. Hay ejércitos cuyos Codex facilitan mucho más el diseño de listas con pocas miniaturas y otros el de las hordas, si bien en la mayoría hay opciones para hacer listas totalmente opuestas. De este modo, el Codex Guardia Imperial (me niego a llamarlo Astra Militarum) permite diseñar hordas con una gran variedad de unidades distintas, pero a su vez podemos tener listas de pocas miniaturas, como en el caso de las mecanizadas. Muchas veces el plano competitivo hace que las listas más usadas sean aquellas que están lejos de la filosofía tradicional del ejército, como la de múltiples tiranos de enjambre alados del Codex Tiránidos o la de multitud de kaudillos en motos del Codex Orkos en “fullhammer”. Demos las gracias una vez más a los creadores del reglamento y los libros de ejército...

Aquí entra en juego primordialmente la filosofía del jugador. De esta manera los jugadores más competitivos no dudarán en dejar a un lado el trasfondo para hacer una lista lo más competitiva posible, mientras que algunos jugadores más románticos no estarán dispuesto a traicionar a lo tradicional. Los primeros jugarán en su mayoría con una horda, MSU, deathstars o poco más de 4 ó 5 caballeros imperiales sin tener en cuenta el ejército que está jugando (hablé de un tema relacionado con este punto y enfocado en los Marines spaciales en una entrada anterior). Los segundos se amoldarán o al trasfondo o a los que le apetezca jugar en ese momento. Con esto no quiero decir que los jugadores de torneo no prueben otro tipo de listas. De hecho supongo que, aunque existe mucho “corta y pega” de listas debido a la difusión de las más duras de éstas en internet, habrán muchos jugadores que prueben constantemente dentro de un mismo Codex listas de todo tipo, si bien su objetivo no es el de amoldarse a lo que leemos en las novelas, sino buscar el máximo provecho. Tampoco descarto que haya quien fuera del ambiente de los torneos juegue con listas más tropicales.

Copiar y pegar listas 'over': deporte olímpico de muchos.

Personalmente, aunque nunca he podido tener la oportunidad de ir a tantos torneos como me hubiera gustado, siempre he intentado ir lo más duro que me ha permitido mi bolsillo y dejarle las cosas difíciles a mis rivales, hasta hace escasos 2 años cuando me desencanté con el estado del juego y tomé la decisión de jugar sólo eventualmente en un ámbito más distendido. Por ello, hasta hace poco siempre incluía una cantidad de miniaturas acorde a la edición, el metajuego y las bases que se fueran a usar. De este modo, he pasado de listas de hordas de cultistas, guardias y acólitos (llegué a jugar un poco Caballeros Grises hace bastante tiempo...) y MSU con muchos Rhinos con objetivo asegurado, a listas abusando de exterminadores y arrasadores en las que no llegaba a las 50 figuras en mesa. Salvo en un par de partidas con amigos y unas cuantas en las que usé mis marines del Caos con reglas de marines leales, nunca me he visto obligado a pegar patadas trasfondísticas, por lo que cuento con la conciencia tranquila. Por aquel entonces no me planteaba demasiado la cantidad de miniaturas, aunque sí que siempre he tendido a usar muchas unidades baratas porque me ha dado mejores resultados.

A día de hoy, y después de probar listas relativamente tropicales de diversos tipos, me he decantado por aquellas con pocas unidades. He acabado muy cansado de sacar del maletín decenas de cultistas, desplegarlos, separarlos debidamente, moverlos y retirarlos en masa de la mesa en el turno 3 ó 4 con suerte. Estos problemas se ven profundamente agravados en los torneos, en los cuales hay tiempo limitado para cada partida y en los que hay que transportar las miniaturas de mesa en mesa. Con una lista con no demasiadas miniaturas, a pesar de las desventajas que mencionaré más adelante, tiene el punto fuerte en la comodidad de desplazamiento, movimiento y sencillez. Dentro del ambiente de partidas amigables, no tener que dedicar tanto y tanto tiempo en cada fase para poder gestionar adecuadamente todas y cada una de las unidades es todo un placer. Por mi parte, a partir de ahora intentaré centrar mis listas en esa filosofía con el fin de disfrutar de las ventajas que me dispongo a describir a continuación.

Turno 1. Fase de movimiento...

Por un lado, ahorro tiempo. Como he mencionado antes, las fases se pueden hacer eternas si se intenta gestionar una MSU o una horda de manera eficiente. Medir la distancia apropiada entre miniaturas, situarlas en el tablero, decidir dónde colocar cada una de ellas en un espacio limitado, aprovechar al máximo las coberturas, decidir cómo mover cada unidad para aprovecharla al máximo, mover cada una de las miniaturas procurando evitar facilidades al contrario (como colocarlas demasiado juntas si el rival tiene multitud de áreas o plantillas), gestionar la fase de disparo unidad por unidad, gestionar la fase de combate cuerpo a cuerpo del mismo modo, mover a la carga figura por figura, enfrentarte continuamente al síndrome de la miniatura tambaleante,... ¡Una locura! Si no hubiera ningún tipo de limitación temporal, jugar listas con muchas miniaturas sería interesantísimo (de hecho es lo que en verdad más me atrae), pero ni en partidas amigables (individuales o macropartidas) y ni en torneos es posible, o al menos no lo es de manera 100% eficiente.

Con pocas unidades, todos los procesos anteriores se reducen. Las partidas se agilizan, da tiempo a jugar los turnos de rigor y se consigue más tiempo para consultar reglas, pensar y hablar. Existen también algunos contras. Por ejemplo, hay menos margen de error ya que perder una unidad es mucho más grave que en el otro modelo de lista. También pueden producirse problemas para conseguir que las pocas unidades incluidas tengan posibilidad de lidiar con distintos tipos de rivales (hablo tanto de unidades como de ejércitos en conjunto), por lo que se puede dar el caso en los Codex menos poderosos de no haber posibilidad de incluir herramientas para enfrentarse a ciertos rivales con tan pocas miniaturas debido a su naturaleza. Con esto quiero decir que, al jugar con pocas miniaturas, tengo que tener especial cuidado para intentar hacer que éstas tengan herramientas para enfrentarse a vehículos de blindaje alto, bípodes, motos, unidades con oscurecido,... cosa que con ejércitos más numerosos es más sencillo de hacer especializando las unidades a tu gusto con el armamento o equipo adecuado.

Un buen ejemplo eterno de inferioridad numérica.

Sin embargo, dentro del ambiente no tan competitivo, estos problemas no suponen demasiados quebraderos de cabeza debido a la naturaleza de las partidas. Jugar con no tantas miniaturas en mesa me resulta muy cómodo para jugar ¿Vaguería y falta de práctica y agilidad a la hora de jugar? Puede ser, y más con la poca frecuencia con la que juego ahora, pero he podido alcanzar un punto de comodidad que hace que mis partidas sean más entretenidas, que es de lo que se trata al fin y al cabo cuando estás jugando a un wargame o juego de mesa, a pesar del ligero impacto negativo en el plano competitivo que pueda tener. En mi última macropartida jugamos un 3 contra 3 a 2500 puntos cada uno, y mi lista se resumía en 2 príncipes demonios bien cargados hasta los topes, 2 land raiders con 5 exterminadores bien armados cada uno, 2 escuadras de cultistas, 3 dragones y 3 maulerfiends. 14 unidades en 2500 puntos. Mi bando ganó la partida, pero apenas me sobrevivieron 5 ó 6 unidades en mesa. Lo mejor sin duda fue que mi lista era muy sencilla de desplegar, mover, transportar y gestionar, y todo ello favoreció al grado de entretenimiento de ésta. Exactamente lo mismo me pasó hace unos meses en otra macropartida similar en la que llevé una lista parecida y en la que, a pesar de la derrota, las dosis de entretenimiento fueron muy altas.

Ya sé que todo lo que he escrito en esta entrada es un tema muy personal. Conozco a un montón de jugadores que, a diferencia de mí, se sienten cómodos jugando listas MSU y hordas a pesar del límite de tiempo y de los aspectos negativos. De igual manera conozco jugadores con perfil competitivo que han llegado a renunciar opciones que a priori son más destructivas por razones de gusto (aunque no sea lo más habitual), y es que al fin y al cabo muchas de nuestras victorias y derrotas dependen de la afinidad que tengamos y lo familiarizados que estemos con las unidades que incluimos en nuestra lista. Ahora os animo a todos a que dejéis en los comentarios qué tipo de listas preferís usar tanto en torneos como en partidas con vuestros amigos, y no sólo me refiero a lo que se refiere a cantidad de miniaturas, sino a la naturaleza de éstas (trasfondísticas, mecanizadas, MSU,...), así como cualquier otra cosa que complemente o corrija los pros y los contras que he enumerado antes.

¡Que arda la galaxia!